viernes, 21 de febrero de 2014

LA RUTA DEL SOL

LA RUTA DEL SOL


Carlos Gutiérrez Recio

El día 22 de Febrero se conmemora el 101 aniversario de los magnicidios perpetrados contra don Francisco I. Madero y don José María Pino Suárez, por órdenes de Victoriano Huerta que recibió el consejo de asesinarlos de parte del entonces embajador de los Estados Unidos de América, Henry Lane Wilson, en el Pacto de la Embajada que culminó con la llamada Decena Trágica.

Tres días antes del atentado criminal, don Venustiano Carranza en aquel entonces gobernador del estado independiente, libre y soberano de Coahuila, había desconocido al usurpador, emitiendo el decreto mi 421,solicitando al Congreso del Estado facultades para levantarse en armas y proceder en consecuencia, pero lamentablemente sucedió lo que muchos sabemos.

La inocencia, ingenuidad y desconocimiento de la política provocó que don Panchito Madero cayera en la trampa orquestada por los militares y los porfiristas que se habían quedado en el poder, al no hacerle caso el hombre originario de Parras al otro hombre nacido en Cuatro Ciénegas que le había dicho: Revolución que transa es Revolución perdida.

El señor Madero era exageradamente bueno, por su mente jamás pasó la duda de la maldad, no obstante que desde un principio desconfió de Victoriano Huerta, al final le dio el poder suficiente para que éste lo traicionara en forma tan villana que por ello los redactores le pusieron el mote de chacal, pero fue después de haber abandonado la presidencia.

Consta en documentos la bondad de don Francisco, no obstante que la confirmación todavía está por comprobarse, algunos veteranos afirman que el primer presidente democrático de México, era ahijado de don Porfirio Díaz, si tomamos en cuenta que su abuelo don Evaristo Madero había sido gobernador de Coahuila y gente muy cercana al dictador.

Lo que si podemos comprobar es que cuando salió desterrado el héroe de la Batalla del dos de abril, así como el juarista que entró a la ciudad de México a la caída de Maximiliano en Querétaro, fue pensionado por don Panchito asignándole la cantidad de 700 pesos mensuales, gracias a los servicios prestados al ejército durante 40 años.

Don Porfirio Díaz Mori, donó esa cantidad para el sostenimiento de los cadetes del Heróico Colegio Militar y cuando viajó a Veracruz para tomar el Ipiranga rumbo a Paris en un viaje sin retorno, quien lo escoltó fue Victoriano Huerta entonces general brigadier. Al despedirse le dio el alto honor de ser el defensor del Escudo Nacional.

Desde entonces Huerta creyó que era el elegido para substituir a don Porfirio por la confianza que le depositó antes de partir hacia Europa, luego don Francisco lo designó Jefe de la División del Norte para venir a derrotar a Pascual Orozco, regresando a México donde el señor Madero lo ascendió a general de división. Lo demás, también muchos lo sabemos.

En esta columna aparece una copia de la carta enviada a don Arturo Borrego, al administrador que tenía en Cuatro Ciénegas (se dice que era medio hermano), donde le menciona la venta de cera de candelilla, el escrito está fechado y firmado el cuatro de enero de 1913, a un mes con 18 días de ser asesinado, el hombre estaba más metido en sus negocios que en su seguridad.

El 10 de enero de 1913, llegó a México el embajador de Cuba, don Manuel Márquez Sterling, el mismo que lo designó como Apóstol de la Democracia, viviendo el mes con 12 días como diplomático el verdadero drama que  rodeó a Francisco I. Madero, pues cientos de personas en la capital de la república sabían que iba a ser traicionado por Victoriano Huerta, menos él.

Inclusive cuando fue aprehendido junto con Pino Suárez, el canciller cubano tenía dispuesto un barco para trasladar al Apóstol, su esposa Sarita, sus padres y hermanos (menos Gustavo, que había sido ferozmente masacrado el 19 de febrero, por los golpistas en la Ciudadela), pero el embajador norteamericano les jugó el dedo en la boca.

El propio Márquez Sterling para salvaguardar la vida de Madero y Pino Suárez, había pernoctado en la misma celda, junto con el general Felipe Ángeles que también se encontraba preso en el penal de Lecumberri,  pero nunca pensó que serían asesinados por dos esbirros de Huerta, Francisco Cecilio Cárdenas Sucilla y Rafael Pimienta.

Pasando a cosas ignorantes, los artistas y algunos que se dicen historiadores están haciendo trizas los verdaderos acontecimientos de la Revolución Mexicana y a las pruebas me remito: por los ocho murales pintados en el Congreso del Estado, que plasmó Gerardo Beuchot Puentes, según se dice tuvo un costo de dos millones de pesos la obra mencionada.

Con el título de “Carranza en los Muros del Congreso”, en uno pusieron al Primer Jefe como Lanzando con su mirada un rayo arcoíris a la Constitución, en otro el Escudo Nacional y de Coahuila, con colores que no son los originales y luego también aparece don Venustiano en la firma de los Tratados de Teoloyucan el 13 de agosto de 1914, cuando no es cierto.

Es una lástima que en pleno palacio legislativo, hayan falseado la verdadera historia, al no tener el mínimo conocimiento de los hechos, por ello me permito hacer público mi descontento al poner la imagen de un empleado del Congreso, cuando nada tiene qué ver, todo lo anterior está fuera de lugar, por eso lo afirmo, confirmo y firmo.











No hay comentarios:

Publicar un comentario