domingo, 2 de febrero de 2014

CONSTITUCIONES DE 1857 Y 1917

CONSTITUCIONES DE 1857 Y 1917


Después de consumada la Independencia Nacional, se desató una lucha constante entre liberales federalistas, centralistas y conservadores, por imponer las propias formas de gobierno apoyadas por esos grupos políticos, hasta que triunfó la fracción de los primeros;  y el 5 de febrero de 1857, en el Salón de Sesiones del Congreso de la ciudad de México, se aprobó una constitución ante los diputados de las todas las entidades de la República Mexicana. Empero, esa carta magna no aplacó los ánimos de los rivales; quienes, en momentos, dictaminaron su suspensión para sobreponer las conveniencias  de conservadores, eclesiásticos e imperialistas. Inclusive, hubo un periodo, entre 1863 y 1867, que el sistema administrativo mexicano fue regido por el emperador Maximiliano de Habsburgo, enviado por Napoleón III de Francia. Hasta que las armas nacionales vencieron a los intervencionistas franceses y el legítimo presidente constitucional, don Benito Juárez, restauró la República.

Esa norma suprema tuvo 34 adiciones o modificaciones por diversos decretos de reforma constitucional; mientras que, la legislación de 1917 ha sido reformada más de doscientas veces y, en forma, es distinta a la de 1856. Pero, en esencia, ambas se fincaron sobre bases análogas. Por ejemplo, sus sendos artículos 39 fueron redactados en forma semejante: ”La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo……… El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. Y los artículos iniciales respectivos se refieren a los derechos del hombre o garantías individuales otorgadas por esas cartas.

La secuencia de acontecimientos que motivaron la promulgación de las leyes vigentes se remonta a los movimientos revolucionarios de los coahuilenses Francisco I Madero y Venustiano Carranza. El primero se opuso a una adición constitucional, sobre la reelección del poder ejecutivo, añadida a la de 1857, durante el primer periodo presidencial del Gral. Porfirio Díaz, quien abusó para utilizarla en provecho suyo y de sus simpatizantes, para sus reelecciones posteriores. Hasta que, Madero interpretó, en forma valiente, el disgusto popular y encabezó un levantamiento contrario al régimen, convertido en dictadura.  
  
La causa maderista triunfó y el pueblo eligió a su líder como Presidente de la República. Sin embargo, el gobernante electo por los mexicanos sufrió una traición de un personaje nefasto, el Gral. Victoriano Huerta, a quien Madero le había confiado el mando de las tropas defensoras de su gobierno. Huerta coligado con otros enemigos planeó las renuncias del mandatario y del vicepresidente, José María Pino Suárez; para luego, consumar el magnicidio y usurpar el poder ejecutivo.

Este acontecimiento avergonzó al pueblo de México, pero los gobernadores de los estados reconocieron al usurpador, excepto el de Coahuila, don Venustiano Carranza, quien autorizado por la legislatura de su entidad, se opuso a las autoridades espurias, con el propósito de restituir el orden legal y enarbolar los principios constitucionales.

En efecto, el 19 de febrero de 1913, el gobernador Carranza dio a conocer la resolución tomada por la XXII Legislatura del Estado de Coahuila, para desconocer a Huerta como presidente de México y para conceder facultades extraordinarias al ejecutivo coahuilense, en todos los ramos de la administración pública, así como para que procediera a armar fuerzas con objeto de coadyuvar al sostenimiento del orden constitucional en el país. También, en ese documento, se incitaba a los gobernadores de las demás entidades y a jefes de tropas federales para secundar las medidas tomadas en Coahuila. Los gobiernos de Sonora, San Luis Potosí y Aguascalientes, simpatizaban con la idea de Carranza, pero no respondieron de inmediato.

Carranza, acompañado por un pequeño grupo de correligionarios, emprendió una marcha desde Saltillo, en el extremo sureste de su entidad, hacia el norte. Camino a Monclova, se detuvieron en la hacienda de Guadalupe, donde fieles seguidores elaboraron un plan para desconocer a Victoriano Huerta como Presidente de la República, a los poderes de la federación y a los gobiernos estatales que continuaran reconociéndolos;  a la vez, se designó la creación del Ejército Constitucionalista y la denominación de Venustiano Carranza como su Primer Jefe, el 26 de marzo de 1913. Días después, Adolfo de la Huerta, otros sonorenses y chihuahuenses se adhirieron a ese plan en el cuartel general de Monclova, donde se firmó un convenio, el 18 de abril de ese año. 

Posteriormente, en ese cuartel, Carranza emitió un decreto para crear siete cuerpos del Ejército Constitucionalista, distribuidos en toda la extensión territorial del país. Luego, las acciones bélicas iniciaron en Candela, donde hubo un triunfo para los sublevados, pero al mismo tiempo los huertistas dirigieron un nutrido ataque a Monclova, para desalojar a los insurrectos. Ante la amenaza, Carranza siguió a su pueblo natal, Cuatro Ciénegas, para continuar a Sonora. 

En Hermosillo, Carranza reveló sus intenciones de elaborar una nueva Constitución, fundar un nuevo banco de Estado y promulgar leyes favorables a campesinos y obreros, pero sobretodo reafirmar el sentido de soberanía nacional.

No  obstante, empezaron las divisiones y contrariedades entre los caudillos de la Revolución, unos llegaron a desconocer a Carranza, nombraron otros presidentes en una convención celebrada en Aguascalientes. Los ataques armados, obligaron al caudillo constitucionalista trasladar su gobierno al puerto de Veracruz, donde residiría hasta octubre de 1915.

Confiado en su ejército, Carranza inició una revolución social legislativa, hasta convocar a representantes de todas las entidades a Querétaro, para promulgar otra constitución, donde se estipularían las garantías individuales, la educación gratuita para todos los mexicanos, la dotación legítima de tierras a los agricultores, la concesión de derechos mínimos a los obreros, y la separación de la iglesia y el estado, entre otros principios básicos sociales.

Así, el 5 de febrero de 1917, en el Diario Oficial de la Federación fue publicada la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por el C. Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, cuando hizo saber que, en atención a una convocatoria, diputados representantes de los estados y territorios del país se reunieron para conformar el Congreso Constituyente, en el Gran Teatro Iturbide, ahora Teatro de la República, en Querétaro, del 1° de diciembre de 1916 al 31 de enero de 1917, quienes analizaron, modificaron y reestructuraron las leyes anteriores, para adaptarlas a la nueva realidad social y política de México; luego, redactaron una nueva legislación. Por ese motivo, se expidió el decreto para reformar la anterior Carta Magna de 1857 y regir a la nación con los nuevos preceptos de 1917.

R.W.B




     

No hay comentarios:

Publicar un comentario