CONSTITUCIONES DE 1857
Y 1917
Después de consumada la Independencia
Nacional, se desató una lucha constante entre liberales federalistas,
centralistas y conservadores, por imponer las propias formas de gobierno apoyadas
por esos grupos políticos, hasta que triunfó la fracción de los primeros; y el 5 de febrero de 1857, en el Salón de
Sesiones del Congreso de la ciudad de México, se aprobó una constitución ante
los diputados de las todas las entidades de la República Mexicana. Empero, esa
carta magna no aplacó los ánimos de los rivales; quienes, en momentos, dictaminaron
su suspensión para sobreponer las conveniencias de conservadores, eclesiásticos e
imperialistas. Inclusive, hubo un periodo, entre 1863 y 1867, que el sistema
administrativo mexicano fue regido por el emperador Maximiliano de Habsburgo,
enviado por Napoleón III de Francia. Hasta que las armas nacionales vencieron a
los intervencionistas franceses y el legítimo presidente constitucional, don
Benito Juárez, restauró la República.
Esa norma suprema tuvo 34 adiciones o modificaciones
por diversos decretos de reforma constitucional; mientras que, la legislación
de 1917 ha sido reformada más de doscientas veces y, en forma, es distinta a la
de 1856. Pero, en esencia, ambas se fincaron sobre bases análogas. Por ejemplo,
sus sendos artículos 39 fueron redactados en forma semejante: ”La soberanía
nacional reside esencial y originariamente en el pueblo……… El pueblo tiene en
todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su
gobierno”. Y los artículos iniciales respectivos se refieren a los derechos del
hombre o garantías individuales otorgadas por esas cartas.
La secuencia de acontecimientos que
motivaron la promulgación de las leyes vigentes se remonta a los movimientos
revolucionarios de los coahuilenses Francisco I Madero y Venustiano Carranza.
El primero se opuso a una adición constitucional, sobre la reelección del poder
ejecutivo, añadida a la de 1857, durante el primer periodo presidencial del
Gral. Porfirio Díaz, quien abusó para utilizarla en provecho suyo y de sus
simpatizantes, para sus reelecciones posteriores. Hasta que, Madero interpretó,
en forma valiente, el disgusto popular y encabezó un levantamiento contrario al
régimen, convertido en dictadura.
La causa maderista triunfó y el pueblo
eligió a su líder como Presidente de la República. Sin embargo, el gobernante
electo por los mexicanos sufrió una traición de un personaje nefasto, el Gral.
Victoriano Huerta, a quien Madero le había confiado el mando de las tropas
defensoras de su gobierno. Huerta coligado con otros enemigos planeó las
renuncias del mandatario y del vicepresidente, José María Pino Suárez; para
luego, consumar el magnicidio y usurpar el poder ejecutivo.
Este acontecimiento avergonzó al pueblo
de México, pero los gobernadores de los estados reconocieron al usurpador,
excepto el de Coahuila, don Venustiano Carranza, quien autorizado por la
legislatura de su entidad, se opuso a las autoridades espurias, con el
propósito de restituir el orden legal y enarbolar los principios
constitucionales.
En efecto, el 19 de febrero de 1913, el
gobernador Carranza dio a conocer la resolución tomada por la XXII Legislatura
del Estado de Coahuila, para desconocer a Huerta como presidente de México y
para conceder facultades extraordinarias al ejecutivo coahuilense, en todos los
ramos de la administración pública, así como para que procediera a armar
fuerzas con objeto de coadyuvar al sostenimiento del orden constitucional en el
país. También, en ese documento, se incitaba a los gobernadores de las demás
entidades y a jefes de tropas federales para secundar las medidas tomadas en
Coahuila. Los gobiernos de Sonora, San Luis Potosí y Aguascalientes,
simpatizaban con la idea de Carranza, pero no respondieron de inmediato.
Carranza, acompañado por un pequeño
grupo de correligionarios, emprendió una marcha desde Saltillo, en el extremo
sureste de su entidad, hacia el norte. Camino a Monclova, se detuvieron en la
hacienda de Guadalupe, donde fieles seguidores elaboraron un plan para
desconocer a Victoriano Huerta como Presidente de la República, a los poderes
de la federación y a los gobiernos estatales que continuaran
reconociéndolos; a la vez, se designó la
creación del Ejército Constitucionalista y la denominación de Venustiano
Carranza como su Primer Jefe, el 26 de marzo de 1913. Días después, Adolfo de
la Huerta, otros sonorenses y chihuahuenses se adhirieron a ese plan en el
cuartel general de Monclova, donde se firmó un convenio, el 18 de abril de ese
año.
Posteriormente, en ese cuartel, Carranza
emitió un decreto para crear siete cuerpos del Ejército Constitucionalista, distribuidos
en toda la extensión territorial del país. Luego, las acciones bélicas iniciaron
en Candela, donde hubo un triunfo para los sublevados, pero al mismo tiempo los
huertistas dirigieron un nutrido ataque a Monclova, para desalojar a los
insurrectos. Ante la amenaza, Carranza siguió a su pueblo natal, Cuatro
Ciénegas, para continuar a Sonora.
En Hermosillo, Carranza reveló sus
intenciones de elaborar una nueva Constitución, fundar un nuevo banco de Estado
y promulgar leyes favorables a campesinos y obreros, pero sobretodo reafirmar
el sentido de soberanía nacional.
No obstante, empezaron las divisiones y
contrariedades entre los caudillos de la Revolución, unos llegaron a desconocer
a Carranza, nombraron otros presidentes en una convención celebrada en
Aguascalientes. Los ataques armados, obligaron al caudillo constitucionalista
trasladar su gobierno al puerto de Veracruz, donde residiría hasta octubre de
1915.
Confiado en su ejército, Carranza inició
una revolución social legislativa, hasta convocar a representantes de todas las
entidades a Querétaro, para promulgar otra constitución, donde se estipularían
las garantías individuales, la educación gratuita para todos los mexicanos, la
dotación legítima de tierras a los agricultores, la concesión de derechos
mínimos a los obreros, y la separación de la iglesia y el estado, entre otros
principios básicos sociales.
Así, el 5 de febrero de 1917, en el
Diario Oficial de la Federación fue publicada la promulgación de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos por el C. Venustiano
Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Encargado del Poder
Ejecutivo de los Estados Unidos Mexicanos, cuando hizo saber que, en atención a
una convocatoria, diputados representantes de los estados y territorios del país
se reunieron para conformar el Congreso Constituyente, en el Gran Teatro
Iturbide, ahora Teatro de la República, en Querétaro, del 1° de diciembre de
1916 al 31 de enero de 1917, quienes analizaron, modificaron y reestructuraron
las leyes anteriores, para adaptarlas a la nueva realidad social y política de
México; luego, redactaron una nueva legislación. Por ese motivo, se expidió el
decreto para reformar la anterior Carta Magna de 1857 y regir a la nación con
los nuevos preceptos de 1917.
R.W.B
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